Pending coffee: linda manera de ayudar a los que necesitan
- Mari
- 8 sept 2016
- 2 Min. de lectura
Conocí el término “café pendiente” hace mucho tiempo por una de estas típicas historias virales que se circulan por las redes sociales. En todos los idiomas son iguales, aquí les copio (cortada) una que encontré en español:
“Entramos a una pequeña cafetería y ordenamos. Mientras nos dirigíamos a nuestra mesa, entraron dos personas y fueron a la barra: “Cinco cafés, por favor. Dos de ellos para nosotros y tres pendientes”. Pagaron su cuenta, se llevaron dos cafés y se fueron. Le pregunté a mi amigo: “¿Qué es eso de los cafés pendientes? - Espera y verás“. La siguiente orden fue por siete cafés y fue hecha por tres abogados: tres para ellos y cuatro “pendientes”. De pronto, un hombre vestido con ropas raídas que parecía un mendigo entró por la puerta y amablemente preguntó: “¿Tiene un café pendiente?”
En la historia era en algún país nórdico (y consecuentemente, de buen nivel de vida). Pero en realidad la tradición nació hace más de 100 años en el sur de Italia, en Nápoles, como el resultado de las guerras que dejaban a muchas personas sin nada (según otros datos, fue impulsado por los obreros que, cuando tenían algo que celebrar, dejaban un café para quienes no puedan pagarlo).
Una historia bonita que entre tantas otras pasa al olvido al día siguiente. Nunca pensé que me voy a encontrar con esa práctica en la vida real. Y ¡voilà!, paseando por las calles de Santiago me topé con un local que anunciaba en letras grandes en su entrada: CAFÉ PENDIENTE. Resulta que la iniciativa está en Chile desde hace 3 años y ya casi 50 cafeterías a lo largo del país ofrecen este servicio.
“Café pendiente es más bien un símbolo, podemos entregar a las personas que vienen una sopa, panqueque o ensalada, según lo que necesitan, - dice Bárbara de “La Panquequería” (esq. Los Leones con Simón Bolívar), local que hace más de 2 años está participando en la iniciativa. – A lo máximo hay 4-5 cafés pendientes al día, muchas veces menos. Pero si viene alguien y no tenemos nada pagado, igual le damos comida – solo que la cuenta empieza a ir en contra. Al final, se equilibra sola”. “La Panquequería” ya tiene sus clientes habituales: “Son 2 personas del supermercado, la tía Rosita y unas cuantas más. De repente se pierden, después aparecen de nuevo”, - explica Bárbara.
Yo escépticamente me intereso si hay aprovechadores y si en la cafetería aplican algún “filtro” para entregar comida o café. “Se da naturalmente, no es que nosotros promocionamos la entrega del café gratis. Cuando viene gente a preguntar si queda algo de comida, allí les decimos que hay un café o comida pendiente y les entregamos lo que fue pagado por los vecinos del barrio.” Desde que empezaron con la iniciativa, ya han entregado más de 500 cafés pendientes y la cuenta aumenta diariamente.
En total en Santiago, según la página de agrupación Café Pendiente (www.cafependiente.cl), son 10 cafeterías que tienen este servicio. Lamentablemente, no hay locales en el centro o hacía el poniente, son los de Providencia, Las Condes, Ñuñoa, Lo Barnechea, Huechuraba. Pero la iniciativa está desarrollándose rápidamente.



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