Migrantes en Chile: Haití
- Mari
- 12 ago 2018
- 3 Min. de lectura

Bernard (31) vive en Chile hace 3 años, trabajando como conserje en un edificio en el centro. Decidió venir porque aquí, dice, hay más posibilidades de llegar a ver a su hija, que vive en Francia con su mamá. “Va a cumplir 5 ahora, quiero ir a verla, pero tengo que esperar la visa definitiva”, explica.
No he tenido problemas en Chile y le costó apenas 2 meses encontrar trabajo. “Pero muchos no tienen la misma suerte”, agrega, aunque concuerda que hay muchas más oportunidades que en su país. “Económicamente la diferencia es fuerte, allá la situación es mucho más difícil. Para conseguir el trabajo tienes que tener algún conocido en el área política, así funciona; no importa que tengas diploma, puedes matarte estudiando y no conseguir nada”. También destaca la seguridad que hay en nuestro país.
Criado en la República Dominicana, no tuvo problemas con idioma y asegura que nunca ha enfrentado la discriminación. “En el trabajo hubo un rumor de la discriminación de parte de una vecina, hasta llamaron a una asamblea, pero no se confirmó”.
Aunque tiene pocos amigos chilenos, Bernard dice que los compañeros de trabajo son para él como “hermanos”. Por otro lado, la comunidad haitiana aquí es muy unida. “Nos juntamos harto, no buscamos pretexto de que estoy cansado o algo por el estilo: basta ´dile a tal que nos juntamos en mi casa´ y van todos. Esa parte de vivir acá es buena”.
Cuando pregunto por la comida haitiana, se anima y me cuenta de una picada de su amigo, un carro rodante que se instala en Teatinos con Santo Domingo, con comida mixta chilena-haitiana, que se llama Peter. “Comemos muchos porotos con arroz y ensalada, mucho picante, plátanos fritos”, cuenta.
Todavía no ha podido ir a Haití ni tampoco traer a su familia, aunque son lo que más extraña de su paíscon quienes habla por whatsapp y video llamadas.
- Cuando venías a Chile, qué esperabas a encontrar?
- Pensaba que era más cálido, sin tanto frío.
- Te costó acostumbrarte a eso?
- A cualquier extranjero que llega le debe costar bastante. De donde vengo, son países muy cálidos, puedes ir a la playa, no andas con tanta ropa. Me desespera el clima, y a mis amigos igual. Pero con tiempo uno sabe cómo vestirse.
También le costó acostumbrarse a la comida chilena. “La cocina haitiana es muy diferente, más sabrosa”, dice, agregando que le gusta cocinar y normalmente lo hace.
En su fin de semana, trabaja como peluquero en un local en Recoleta. Pero también pasa tiempo con la comunidad. “Nos juntamos más en casa, hacemos asado, a veces vamos a una discoteca en Bellavista. Somos buenos para bailar”, cuenta.
- Cómo es la sociedad allá? Hay demandas sociales, protestas?
- Es difícil el tema allá, hasta yo me avergüenzo de cómo se dan las cosas a veces. Aquí hacen marchas civilizadas, no rompen tiendas, no prenden fuego. Allá van con todo. Las marchas mayormente son contra el gobierno. Todo quien entra al sistema lo hace con un solo propósito: si soy senador toda mi familia se va a EEUU, y los que quedan quedan con un buen puesto, hay mucha corrupción.
- No te arrepientes de venir por acá?
- No, a veces uno se desespera, pero no soy la persona que se arrepienta. Si hice algo, me muero diciendo que sí.
Comments