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Cafetería Eggy: un paraíso para amantes de huevos

  • Mari
  • 28 ene 2019
  • 5 Min. de lectura

Revueltos, pochados, fritos, en paila, en canasta. Eggy, el paraíso para los amantes de huevos en todas sus formas -que además ofrece café de especialidad- se instaló hace medio año en la pequeña calle Almirante Pastene, al lado del metro Manuel Montt. Su creadora, Betania Álvarez, de 33 años, artista, administradora de empresas, chef y barista, nos cuenta la historia de lo que todavía -dice- no puede nombrarse éxito.


- ¿Cómo llegaste a este emprendimiento?

- La primera carrera que estudié es la licenciatura en Arte, en Valparaíso. Estuve trabajando 5-6 años en gestión cultural, fotografía, en galerías de arte. Estuve un tiempo en Machalí por servicio país, haciendo intervención social en el sector rural, viví en la Isla de Pascua, en Sao Paulo. Pero después me aburrí, más que nada de ser pobre (se ríe), porque en Chile hacer arte es peludo.

Allí mi papá -tiene una empresa de ingeniería, algo nada que ver- me dijo: necesito una persona que me ayuda de secretaria. Empecé y dije: “es una cosa divertida administrar”. Siempre quería hacer el negocio, pero no sé de números. Entonces me puse a estudiar administración de empresas: trabajaba en el día y en la noche me iba a estudiar, y así 2 años. Me quería morir, pero entonces me sentí capacitada, elaboré un proyecto que quería hacer, todo: desde marketing, qué voy a hacer, proyección de venta, ubicación.


-¿Y por qué gastronomía?

- Porque igual paralelamente siempre estuve cocinando, era mi hobby. Para los amigos, la familia - somos unas 30 personas-, a veces me salía catering, los cocktails de la mayoría de inauguraciones de las expo los hacía yo. Además tenía un blog en Instagram con recetas y picadas para ir a comer (@Soybetabel).


Estuvo pensando en especializarse en legumbres o frutas, pero desechó ambas opciones porque dependen de temporadas: en verano la gente no consume tantas lentejas, y frutas frescas no siempre se encuentran en invierno. Y después llegaron los huevos. La carta de Eggy tiene 6 opciones del desayuno, que van desde $2 mil hasta $3,5 mil, y tres de almuerzo, que cuestan alrededor de $ 4 mil, con ingredientes como tomate cherry, queso parmesano, hojas verdes, palta y tocino.


- ¿Ha sido difícil instalarse?

- Más que la cresta. Y no tanto por los permisos, sino que cuando yo llegué acá era una tienda de ropa india, no estaba habilitada para ser una cafetería, no tenía extracciones, arranque de agua independiente, me demoré como 2 meses en arreglarlo. Mientras tanto, diseñe el local, los muebles, para saber materiales que ocupar - todo eso lo hice yo.


Buscando sabores


- Todas las recetas que hay acá son tuyas?

- Si, las que estaban en la carta inicialmente son unos 60%, el resto salieron acá en la cocina por cosas circunstanciales, las probé y decidí: esto queda, esto no. Hay cosas que he probado con los amigos, y después con harta gente, así iba validando.


- ¿Cuál es el plato estrella?

- Es muy relativo, pero creo que el Eggy Pochado (tostadas con palta molida, huevo pochado, hojas verdes, cherry y salsa sriracha), a la gente le gusta mucho subir el momento en que revientes el huevo a stories de Instagram. Partimos con una carta muy chica el primer mes, y después íbamos incorporando más. Por ejemplo, la gente no está acostumbrada a comer tostadas con palta y huevo revuelto, y yo las comía hace mucho tiempo. Cuando las saqué la gente me decía: pero cómo lo vas a mezclar. Y yo: pruébelo, no se va a arrepentir, y les gustó.

- ¿La mayoría de clientes son oficinistas que trabajan por acá?

- Si, pero viene harta gente que nos conoce por Instagram (@eggycafeteria). Hay una chica que viene de Tobalaba para buscar su ensalada. Hay gente que son fanáticos de los huevos y me dicen: “no hay ninguna parte que tiene algo más que una paila de huevos fritos”. El público que viene es joven en general, creo también por la onda que tiene el local: muchas personas de agencias - community managers, ejecutivos de cuenta-, diseñadores freelance.


- ¿Encuentras que la gente se puso más exigente con la comida? Calidad de ingredientes, leche específica, etc…

- Sí, las leches sin lactosa y de soya usamos mucho en capuccinos. Por el pan yo pensaba que me iban a criticar, porque no tengo el pan de masa madre, es rico, hace bien y todo, pero súper caro, me encarece mucho el precio de venta. Así que tengo pan de campo integral de un panadero francés, y la gente no se queja nada. Con los huevos sí, son huevos de gallinas libres, a la gente no le interesa comer huevos de supermercado, tienen otro sabor, otro color, he hecho paila con huevos del supermercado y queda pálida, fea.


- Es raro también encontrar café de especialidad en un local de comida

- Yo hice curso de barista antes de que empecé a armar el local, quería saber qué significa trabajar con el café de especialidad, cual es el costo, cómo se vendía, cómo se preparaba, porque siempre pensaba que tiene que ser café de especialidad. Mi carta es huevo, es interesante, y tendiendo el café malo lo voy a matar. Así que gasté todas la plata en esta máquina, que es súper cara, el molinillo, hice el curso.

Camino al éxito


Llega todos los días a las 7.30 a preparar el local y abrir a las 8.00, junto con Caro, barista del Eggy, y cierra a las 17.30. "Creo que lo que más hago durante el día es hablar con la gente, yo soy muy buena para hablar y tenemos súper buena relación con los clientes, nos preocupamos de atenderlos bien. Ya sabes cómo les gusta el café, cómo les gusta el plato. Y cuando a la gente le haces estas observaciones -a mí también me pasa desde el otro lado- se sienten bien", cuenta Betania. "A mí me gusta cocinar, es la mejor forma que tienes para entregar el amor. Cuando dicen que estaba rico, es la parte positiva. Pero la negativa es que tengo que hablar con los proveedores, que no me llega la palta, que no me llega el pan".


- ¿Qué es lo que más te gusta de esta experiencia de tener el local?

- El feedback, es cuático lo positivo que es. Esto te sube el ánimo, te dan más ganas de seguir. Porque a pesar de que la cosa es mega sacrificio -porque los números no te van a estar acompañando- no puedo decir que hoy no voy a trabajar, porque yo administro el local, yo cocino. Es un esfuerzo absoluto, pero lo que me pone feliz es cuando están comiendo y dicen: “¿Qué pusiste a los tomates cherry?” Cuando me dicen "que lindo el local, la gráfica".

- ¿Cuál es tu secreto de éxito?

- No tengo éxito todavía (se ríe). Para hacer el local tienes que ser creativo, esto es el valor diferenciador. ¿Por qué la gente va a querer venir acá? Hay personas que no se esfuerzan mucho por hacer cosas. Yo trabajo con una ilustradora, mi amiga que hizo todo esto (el mural del local), ella me genera todos los meses diseños relacionados con huevos, el verano, ahora que viene el Día de Enamorados. Siempre estuve rodeada de artistas, entonces la idea es siempre ser muy creativo.


Fotos: Mari y Eggy


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